Great show...
lunes, 18 de mayo de 2009
viernes, 21 de noviembre de 2008
El amor sincero
Pocas cosas me conmueven tanto como el vínculo entre dos seres, padre e hijo. Trasciende todo. A tí podría unirme un amor, que no deja de ser sincero pero se apoya en otras cosas. Amo tu cuerpo, me atrae tu belleza y me llenan tus olores, amo tu experiencia que se refleja en tu caminar, en tu forma de pensar y en las cosas que dices. Mi amor por tí no deja de ser sincero pero se fundamenta en lo que eres. Pero ¿qué es eso que puede atarte tan estrechamente a otro cuando ese fundamento no está? Ha de ser amor puro, las madres aman, aman profundamente, pero hay algo en el proceso de gestación que hace que ese nuevo ser no sea realmente nuevo, es innegable que es una parte de ella que salió al mundo para crear un nuevo camino.
Pero un padre carece de eso, el vínculo físico es infitesimalmente pequeño y sin embargo ahí está. El amor se ha vuelto el reflejo de un interés, nace de lo físico (en algunos casos de lo ideológico cuando las personas no se han visto) y se apoya en otras cosas. ¿Podría llamarse entonces amor a aquél vínculo entre un padre y un hijo? ¿Amor? Una palabra que en usos y desusos ha perdido su enorme significancia, pero no su poder para vender.
Algunos dirán, y con razón, que ese fondo está en el ideal de transmitir los genes. En el inconsciente (o tal vez consciente) deseo del padre de alcanzar la inmortalidad a través del paso de su material genético a futuras generaciones que, con suerte, perpetuarán la cadena. Y sí, puede ser el caso, pero ¿no vemos acaso ese vínculo fuerte en padres e hijos adoptivos?
Pero un padre carece de eso, el vínculo físico es infitesimalmente pequeño y sin embargo ahí está. El amor se ha vuelto el reflejo de un interés, nace de lo físico (en algunos casos de lo ideológico cuando las personas no se han visto) y se apoya en otras cosas. ¿Podría llamarse entonces amor a aquél vínculo entre un padre y un hijo? ¿Amor? Una palabra que en usos y desusos ha perdido su enorme significancia, pero no su poder para vender.
Algunos dirán, y con razón, que ese fondo está en el ideal de transmitir los genes. En el inconsciente (o tal vez consciente) deseo del padre de alcanzar la inmortalidad a través del paso de su material genético a futuras generaciones que, con suerte, perpetuarán la cadena. Y sí, puede ser el caso, pero ¿no vemos acaso ese vínculo fuerte en padres e hijos adoptivos?
lunes, 30 de junio de 2008
Escribo
Escribo porque no quiero decírtelo, porque no quiero que lo oigas y porque a pesar de todo no quiero guardármelo y me basta la remota probabilidad que tal vez algún día lo encuentres, aunque dudes y nunca estés segura, porque jamás querrás preguntarme sabiendo que es lo que más quisieras saber.
Escribo porque odio lo que siento, odio que me acerque a ti sin que pueda sentirlo, sin saber ....sin saber. Cuando te fuiste dejaste tras de ti una huella, que ese tiempo que nos pasa y nos rebasa sin que lleguemos a notarlo no ha podido borrar. Creí que el tiempo iba a dejarte de lado, pero sólo encuentro que seguiste ahí mientras andabas lejos. Tu imagen se ha ido perfeccionando, a veces incluso me engaño pensando en lo perfecto que fue, olvidando que esa perfección era opacada por todo lo que me hizo dejarte aquella noche. Encontrarte de nuevo es una conmoción. Dejaste una huella que marca oprime mi pecho y quema mi memoria, como si hubieras quedado eternamente atrapada dentro de mí y ardieras por el deseo de reunirte a ti, alguien tan familiar que ya ni conozco. Tomaste un camino y te alenté a hacerlo, con miedo de perderte por siempre aún sabiendo que esto jamás sucedería.
Acogiste mi consejo, me abrazaste, me besaste y me diste tu espalda mientras te alejabas. Ahora que vuelves quiero decirte cuánto te extraño, cuánta falta me has hecho y cuánto quisiera retenerte, volver a poseerte y absorber todo lo que has conocido y has vivido mientras pensaba que estabas junto a mí. Pero es ese mismo pensamiento es el que me idiotiza, para mí te quedaste ahí conmigo, jamás te fuiste y tu vida jamás tuvo sentido lejos de mí. Siempre paciente y esperando, cuando en realidad has crecido, mucho más incluso de lo que pueda imaginar.
“Tenemos que vernos”, “tengo muchas ganas de estar contigo”, “me has hecho mucha falta” dices, a lo cual respondo que sí, que yo también y que tú también. Fingiendo calma e incluso desinterés por el simple hecho de no saber si puede más el temor o la ansiedad de reencontrarte. En mi memoria estás a salvo, estás ahí, siempre cariñosa y siempre atenta. Pero, ¿cómo estás? No lo sé, porque el tiempo pasa y esa promesa se desmorona. Y junto a ella me desmorono yo también. Eres un punto de partida, una eterna referencia, una promesa de cambio, un cambio necesario que creía haber alcanzado. Pero tu arribo me lleva de vuelta, tu presencia hace que el tiempo sea inútil y que mi memoria parezca haber perdido la capacidad de recordar algo diferente a ti. He conocido otras mujeres, quise quererlas incluso más de lo que quisieron quererme ellas pero no fue suficiente. En mi mente reconocía sus virtudes pero mi corazón no logró despertar. Y es eso tal vez lo que más me hace temerte. Mi mente sabe que no es lo mejor, pero mi pulso se descontrola y temo sentir que todas las vueltas que di jamás me llevaron a ningún lado....
Escribo porque odio lo que siento, odio que me acerque a ti sin que pueda sentirlo, sin saber ....sin saber. Cuando te fuiste dejaste tras de ti una huella, que ese tiempo que nos pasa y nos rebasa sin que lleguemos a notarlo no ha podido borrar. Creí que el tiempo iba a dejarte de lado, pero sólo encuentro que seguiste ahí mientras andabas lejos. Tu imagen se ha ido perfeccionando, a veces incluso me engaño pensando en lo perfecto que fue, olvidando que esa perfección era opacada por todo lo que me hizo dejarte aquella noche. Encontrarte de nuevo es una conmoción. Dejaste una huella que marca oprime mi pecho y quema mi memoria, como si hubieras quedado eternamente atrapada dentro de mí y ardieras por el deseo de reunirte a ti, alguien tan familiar que ya ni conozco. Tomaste un camino y te alenté a hacerlo, con miedo de perderte por siempre aún sabiendo que esto jamás sucedería.
Acogiste mi consejo, me abrazaste, me besaste y me diste tu espalda mientras te alejabas. Ahora que vuelves quiero decirte cuánto te extraño, cuánta falta me has hecho y cuánto quisiera retenerte, volver a poseerte y absorber todo lo que has conocido y has vivido mientras pensaba que estabas junto a mí. Pero es ese mismo pensamiento es el que me idiotiza, para mí te quedaste ahí conmigo, jamás te fuiste y tu vida jamás tuvo sentido lejos de mí. Siempre paciente y esperando, cuando en realidad has crecido, mucho más incluso de lo que pueda imaginar.
“Tenemos que vernos”, “tengo muchas ganas de estar contigo”, “me has hecho mucha falta” dices, a lo cual respondo que sí, que yo también y que tú también. Fingiendo calma e incluso desinterés por el simple hecho de no saber si puede más el temor o la ansiedad de reencontrarte. En mi memoria estás a salvo, estás ahí, siempre cariñosa y siempre atenta. Pero, ¿cómo estás? No lo sé, porque el tiempo pasa y esa promesa se desmorona. Y junto a ella me desmorono yo también. Eres un punto de partida, una eterna referencia, una promesa de cambio, un cambio necesario que creía haber alcanzado. Pero tu arribo me lleva de vuelta, tu presencia hace que el tiempo sea inútil y que mi memoria parezca haber perdido la capacidad de recordar algo diferente a ti. He conocido otras mujeres, quise quererlas incluso más de lo que quisieron quererme ellas pero no fue suficiente. En mi mente reconocía sus virtudes pero mi corazón no logró despertar. Y es eso tal vez lo que más me hace temerte. Mi mente sabe que no es lo mejor, pero mi pulso se descontrola y temo sentir que todas las vueltas que di jamás me llevaron a ningún lado....
sábado, 15 de septiembre de 2007
Love...
Of course you can write songs about God, death and religion. But love is still the most inspiring and mystical subject there is - both when it comes to the sexual aspects and the mental aspects. It's an enormous driving force in the arts and in the life choices you make. You probably won't experience that real proper togetherness very much but a lot of times goes to finding it, getting back to it or trying to recreate it, says Nina Persson with snus under her lip.
domingo, 26 de agosto de 2007
Tuyo, mio, nuestro o.....??
We seldom realize, for example, that our most private thoughts and emotions are not actually our own. For we think in terms of languages and images which we did not invent, but which were given to us by society. We copy emotional reactions from our parents... Society is our extended mind and body (Allen Watts)
jueves, 23 de agosto de 2007
La terrible inquietud
Es ineludible el concepto aquel que tanto nos inquieta, la realidad. Es curioso que a pesar que nuestra vida es simplemente lo que creemos vivir en el preciso momento en el que creemos que todo acontece, queramos siempre ir más allá a una “verdad”. Como si tal vez fuera la que justifique nuestra existencia, la que valide que lo que vivimos en efecto pasó. Si para mí toda la vida fue naranja, ¿de qué sirve enterarme que para los demás era rojo? Sin embargo cuesta, y de alguna extraña manera nos reconforta esa “verdad”, pero lo más extraño es que una “verdad” externa reine sobre una verdad nuestra. ¿Existimos acaso en función de otros y no propia? Quise encontrarte para verte y escucharte de nuevo, para saber que era verdad, que no fue sólo otro sueño y que alguna vez estuviste junto a mí, pero ahora que lo pienso la realidad fue como un sueño, o tal vez el sueño fue tan real que no quiero dañarlo por nada. Será entonces para mí un grato recuerdo, y aunque quisiera que fueras parte, finalmente lo único que puedo hacer es desearte lo mejor
viernes, 17 de agosto de 2007
wishing...
Costumbres…, una idea indeseable pero a la vez tan necesaria. Día a día nos acostumbramos a las cosas hasta que se vuelven comunes e incluso dejan de ser tan valiosas para nosotros. Disfrutar cada momento….el ideal, vivir sin ni siquiera pensar…la realidad. Alernativas...
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